Un símil es siempre de ayuda para comprender un fenómeno.
A mí me gusta comparar la educación a la música jazz o a la "comedia del arte" italiana (¡cómo no iban a salir mis raíces!). Se trata de dos formas de expresión artística en las que tenía un papel muy destacado la improvisación, improvisación que no significaba "azar", puesto que se trataba de improvisación se insertaba en una estructura de base predefinida. Lo mismo nos pasa a los formadores, tenemos un esquema de base predefinido (nuestra programación) en el que se inserta una improvisación que tiene en cuenta muchos factores y da la necesaria flexibilidad a nuestra acción formativa.
Carlo De Amicis
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